Mi historia

Yo soy yo y mis circunstancias

Déjame que te cuente algo sobre mí: Hace unos años era una “ama de casa” que había dejado de trabajar hacía 4 años para cuidar a mis hijos pequeños.

Mi vida era levantar a mis hijos, darles de desayunar, llevarles al colegio, recoger la casa, hacer recados y volver a recogerles a las cuatro para pasar la tarde en el parque con ellos.

Yo soy una persona que ha trabajado siempre.
Incluso cuando era adolescente me ganaba la «paga» dando clases a otras niñas que iban a cursos inferiores que el mío y necesitaban ayuda. Daba clases en sus casas, en mi casa, incluso en un aula que me «dejaban» en el cole.

En el verano de fin de carrera (Publicidad y Relaciones Públicas), me incorporé a la Cadena Cope en su departamento de publicidad y unos meses después me contrató una editorial multinacional de prensa profesional especializada en diferentes nichos de mercado (arquitectura, construcción, piedra natural, hostelería, equipamientos…)

Mi ascensión laboral … y la caída

A los tres años en esta empresa ya era Directora Comercial Nacional y mi vida laboral iba en ascenso. Hasta que llegó mi primer hijo.
Fui madre con 26 años y mi primer castigo laboral por ello fue un “cambio de responsabilidades”.

Al ser madre por segunda vez la cosa empeoró ¡Cómo puedes hacer eso a una empresa! ¡Quedarte embarazada otra vez! Mis superiores dejaron de hablarme (literalmente) durante los 9 meses de embarazo.

Pero lo peor estaba a punto de llegar.

Mi hija nació con un problema craneal.

Nació con craneosinostosis: una enfermedad que provoca que la niña naciera con el cráneo unido, por lo que al crecer, se deformaría.

A los seis meses, tuvo que ser operada. La operación consistía en abrir de oreja a oreja y romper el cráneo con un martillito para que el cerebro tuviera espacio para crecer.
Al pedir a mi empresa una excedencia (sin sueldo) para los 10 días que mi hija debía estar en la UCI, me la negaron.

Al final, y tras mucho luchar, me la dieron. 

Pero el asombro y el malestar para con la empresa ya estaba «instalado» en mí.

Recordaba todos los fines de semana fuera, todos los cumpleaños perdidos, las comidas con mis amigas a las que nunca asistí porque estaba de «viaje de trabajo» en Italia, o EEUU o Brasil o Shangai o Pekin…o Murcia, Valencia, Barcelona..etc.

Recordaba todo lo que había dado a la empresa (con gusto y con pasión) y lo poco que realmente yo les importaba.

Esa decepción, hizo que decidiera dejar mi trabajo y dedicarme 100% a mis hijos (de lo que nunca me arrepentiré).

Tenía la suerte de que con el trabajo de mi pareja, nos llegaba y sobraba para poder “abandonar” la vida laboral.

La vida es una ruleta: siempre girando…

Pero la vida da muchas vueltas y en 2012 mi marido y yo decidimos separarnos.

Así que me encontré sin casa, sin trabajo, sin ingresos, sin contactos, fuera del mercado laboral y con el ánimo bastante por los suelos. Además, el mercado de trabajo no era para echar cohetes.

NECESITABA UN TRABAJO, Y NO UN TRABAJO CUALQUIERA. 

Quería seguir estando con mis hijos, quería seguir teniendo la libertad de pasar las tardes con ellos, quería realizar un trabajo del que sentirme orgullosa, quería no pasar miedo por cómo iba a mantenerles a ellos y a mí. 

Quería tener unos ingresos decentes para llevar una vida sin miserias.
Lo quería todo.
Pero, ¿por qué conformarse con menos, sin luchar antes por lo que deseas?

Lo primero que hice fue formarme. Empecé a recibir cursos, me apunté a un posgrado en una escuela de marketing, me reciclé en mi profesión (Marketing), acudí a eventos profesionales, comencé con trabajos pequeños y mal pagados (nunca más de tres meses en cada uno)…y UTILICÉ EL PODER DE LINKEDIN.

Me di de alta en todas las redes sociales que conocía, pero desde que descubrí LinkedIn® supe que ahí estaban las personas que podían ayudarme.
Estaban los gerentes de empresas intentando captar clientes, estaban los profesionales de recursos humanos buscando potenciales candidatos, estaban las agencias y los freelances con los que ahora colaboro…y no solo estaban en Madrid o Barcelona…estaban cerca de mi casa.

Historias reales de LinkedIn

Hace poco me ocurrió algo curioso: un socio de una empresa hizo un comentario en una de mis actualizaciones (una publicación en LinkedIn). Al ver su foto, me resultó familiar. Resulta que era mi “vecino” del piso de arriba donde está mi oficina. Unos días después me lo encontré en el portal. Su empresa está especializada en “comunicación internacional” y ya hemos pasado alguna propuesta conjunta a un cliente. Estaba a escasos metros de mí y nos conocimos gracias a LinkedIn. 

Ese es el PODER DE LINKEDIN, conecta a personas con intereses comunes.

Utilicé LinkedIn como una herramienta de marketing personal. Me volqué con mi perfil, empecé a compartir contenido, a solicitar contactos, a investigar sobre esta red… y el “milagro” ocurrió.

Empezaron a llegar mensajes, profesionales de mi zona que estaban interesados en “colaborar”, otros mensajes estaban relacionados con ofertas laborales y otros mensajes eran de personas interesadas en los servicios que yo ofrecía.

Podría contarte decenas de historias como la de mi vecino de oficina. 

Hoy mismo, he conocido en persona a uno de mis referentes al que – a través de LinkedIn- me atreví a hacerle una solicitud para un proyecto. No solo me dijo que sí, sino que hoy ha venido a conocerme y resulta que es un emprendedor con unos proyectos interesantísimos en los que es posible que lleguemos a colaborar. Y esto ha sido esta mañana. Sin LINKEDIN no habría sido posible.

Llevo varios años en LinkedIn y los resultados no han ocurrido de la noche a la mañana, pero si tú también quieres crear esa marca profesional que te acerque a las personas que pueden ayudarte (y a las que tú puedes ayudar) es una posibilidad absolutamente real realizarlo a través de esta plataforma. 

Yo soy la prueba viviente de ello.

Mi nueva etapa

Ha pasado una década desde que me hice «autónoma».

Fui creciendo con paso firme, con un negocio trabajado desde la base y que no ha dejado de duplicar facturación desde que comenzó.

Hace unos años, di el salto y creé mi empresa a la que llamé Marketing Honesto S.L.

Ahora trabajo desde cualquier lugar, con el horario que yo misma me impongo, sin tener que dar explicaciones si tengo que acompañar a mi hijo al médico y siendo responsable con mi trabajo y mis clientes porque la responsabilidad es algo que se lleva dentro, no algo que te impone tu jefe.

De hecho, fui madre por tercera vez. En esta ocasión, nadie ha protestado por ello y mi negocio ha ido duplicando facturación año tras año.

Ofrezco ayuda a otros profesionales que quieren tener un negocio sólido, y crear sistemas de venta honestos, que no se basan en la persecución al cliente potencial, sino en la entrega de valor. 

Tengo un equipo de 4 personas y ofrezco formación, mentoría y «servicio de agencia». 

Trabajo porque quiero ayudar a mis clientes y darles lo mejor. Y la recompensa es una vida mucho más plena y con mayor sentido. Para mí se acabó eso de “calentar la silla” para cumplir 8 horas en la oficina. Cada minuto que estoy sentada en la silla, es aprovechado al 100%.

Si quieres conocer los que opinan algunos clientes -y colaboradores- sobre mi puedes leer aquí sus testimonios: https://ingesaez.es/testimonios/

LinkedIn ha sido una herramienta fundamental y creo que puede serte útil a ti también.

Por eso, dedico mi tiempo a contarte cómo puedes tú también sacar todo el provecho a esta red social para mejorar tu vida laboral, que, al fin y al cabo, nos lleva a todos la mayor parte de las horas de nuestros días.

¡Hasta pronto!

Por empresas y profesionales que marcan la diferencia.
Inge

PD. Este post mío en LinkedIn en el que cuento parte de esta historia tuvo más de 2.000.000 de visitas, y cerca de 40.000 me gusta. 
Tú también tienes una historia. 

Como decía Ogilvy (el padre de la publicidad) «Cuenta la verdad, pero cuéntala de manear fascinante» 



184 comentarios en «Mi historia»

  1. Hola Inge, tu historia personal me ha dejado sin palabras, cuesta creer que esas situaciones y casuísticas sean de verdad, pero es así.

    Enhorabuena por tu coraje, valentía y esfuerzo, que te ha permitido llegar donde estás, porque las cosas no son cuestión de suerte. Eres fuente de inspiración.

    Ahora mismo no dejo de leerte y seguirte, estoy enganchada a tus contenidos, soy como una esponja, acabo además de adquirir tu libro, estaremos en contacto, ¡Gracias!

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  2. Hola Inge,
    Una verdadera historia de coraje y valentía que dice mucho de tu persona. También soy madre de 2 hijos y me puedo imaginar lo que pasaste.
    He llegado hasta a tí a través de una amiga que está haciendo un curso con F.Scipion y que sabe que me interesa mucho el tema de Linkedin en estos momento de mi vida también. «Lo que sucede, conviene», verdad?
    Trabajo en el sector industrial, en nuestra empresa familiar participada de un grupo internacional y estoy empezando a descubrir el tremendo potencial de la herramienta. Me gustaría poder dominarlo porque lo estoy intentando transmitir también a todo nuestro equipo comercial. A alguno le está costando salir de la zona de confort a nivel tecnología, por un tema generacional, pero estoy convencida de que puede ser una autentica revolución para todos. Feliz de haber llegado a ti. ¡Un abrazo!

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  3. Cordial saludo Inge

    Me alegra haberte encontrado. Nos unen varias cosas, leyendo tu historia encuentro mucho por aprender de ti.

    Yo soy fisioterapeuta y por aquí la mayoría de la gente le cuesta verme por mi formación de pregrado, por fuera de la salud, es decir en lo social, en la educación en la integralidad. Estoy emprendiendo y estoy contenta!!!

    Gracias!!!

    Un abrazo

    María Rebellón

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